Protestan en Mérida y Kanasín por constantes apagones de la CFE

La creciente ola de apagones en Yucatán ha empujado a cientos de vecinos de Mérida y Kanasín a tomar las calles en protesta contra la CFE, que mantiene cortes eléctricos casi diarios en pleno calor extremo. Con temperaturas que superan los 43°C, la falta de luz no solo agrava la incomodidad, sino que pone en riesgo la salud y el suministro de agua potable, interrumpido por la caída constante de energía en plantas de bombeo de la Japay.

En la ciudad de Mérida, colonias como Zazil-Ha y Cinco Colonias cerraron la calle 50A desde la 119 hasta la 131, denunciando apagones de varias horas durante más de dos semanas. Los vecinos relatan pérdidas de alimentos, daños a electrodomésticos y noches en vela sin aire acondicionado. Mientras tanto, en Las Américas, el corte que inició el miércoles 21 de mayo derivó en bloqueos viales; los residentes también responsabilizan a la desarrolladora Sadasi por no atender la infraestructura eléctrica de la zona.

La escasez de luz en Kanasín ha sido igualmente severa. En Villas Amanecer y San Camilo, apagones de más de 24 horas —incluido un transformador quemado— dejaron a familias sin energía ni respuesta en la línea 071. En Cordemex, tras 72 horas sin electricidad, los habitantes bloquearon avenidas principales, reportando golpes de calor, ancianos sin acceso a oxígeno y pérdidas económicas por alimentos descompuestos.

Expertos en energía advierten que la infraestructura eléctrica de Yucatán carece de inversión y mantenimiento: transformadores con más de 20 años en funcionamiento y líneas saturadas tras el crecimiento urbano. La CFE admite la sobrecarga por la alta demanda en temporada de calor y la falta de autorización para instalar nuevas subestaciones, pero los ciudadanos exigen más que promesas.

Ante la presión social, la CFE anunció un plan de modernización de redes y transformadores en la región, mientras la Japay asegura estar coordinada con la Comisión para restablecer el suministro eléctrico y, por ende, el agua potable. Sin embargo, las protestas en Mérida y Kanasín dejan claro que la tolerancia vecinal llegó a su límite: los apagones no solo afectan el confort, sino la salud y la economía de miles de hogares.