Mérida se consolida como una de las ciudades más costosas para adquirir vivienda en México

Mérida, Yucatán. La capital yucateca se ha transformado en uno de los destinos inmobiliarios más exclusivos del país, registrando un notable encarecimiento en los precios de venta y renta de viviendas, impulsado por la llegada de foráneos, la inversión tanto nacional como extranjera y una oferta limitada en zonas premium.

Según datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), el precio de la vivienda en México aumentó un 9.2% en 2024, cifra que, si bien representa una desaceleración respecto al 10.9% del año anterior, sigue siendo más del doble de la tasa de inflación general. En Mérida los precios han experimentado un ascenso particularmente pronunciado.

Expertos en bienes raíces atribuyen este fenómeno a tres factores determinantes. Primero, la llegada de nuevos habitantes provenientes de ciudades como la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, que buscan desarrollos residenciales exclusivos. Segundo, el crecimiento económico y el desarrollo industrial, con la expansión de parques industriales y proyectos turísticos que han elevado la demanda de vivienda en áreas estratégicas. Y tercero, la escasez de terrenos, especialmente en el norte de Mérida, que limita la oferta y empuja los precios hacia arriba.

La tendencia a la vivienda vertical también se ha consolidado en el 2024. La Cámara Nacional de la Industria de la Vivienda señala que aproximadamente el 30% de la oferta inmobiliaria en el estado corresponde a este tipo de vivienda, impulsada por la necesidad de mantener precios accesibles. La vivienda vertical permite encontrar opciones alrededor del millón y medio de pesos, facilitando la adquisición para un sector más amplio de la población.

Sin embargo, esta escalada en los precios ha generado inquietudes en el sector. Iván Cervera López, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), advierte sobre la falta de oferta para ciertos segmentos y la necesidad de una regulación más efectiva que controle este boom, evitando que la gentrificación desplace a los residentes tradicionales.

Mérida, que se ha convertido en un imán para inversionistas y nuevos habitantes, enfrenta así el desafío de equilibrar su crecimiento inmobiliario con la accesibilidad y la planificación urbana, en un contexto en el que la demanda sigue creciendo y la oferta se vuelve cada vez más exclusiva.