Impacto de los aranceles en Yucatán: retos y estrategias
El gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena, expresó su respaldo al Gobierno federal y destacó la importancia de defender la soberanía y la economía nacional.

#Yucatán
6 de marzo de 2025
La reciente imposición de aranceles del 25% por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado inquietud en el sector empresarial de Yucatán. Esta medida, que entró en vigor el 4 de marzo, amenaza con encarecer los productos mexicanos en el mercado estadounidense, afectando la competitividad de las empresas locales y reduciendo la demanda de exportaciones.
El encarecimiento de los productos se perfila como un factor crítico que podría desestabilizar la economía regional, dado que muchos productores y distribuidores dependen en gran medida de las exportaciones para sostener sus operaciones.
A través de sus redes sociales, Díaz Mena enfatizó el compromiso del estado con el sector empresarial, reafirmando la necesidad de implementar políticas que fortalezcan la competitividad de las empresas y protejan los intereses de los productores y trabajadores. Este apoyo institucional subraya la urgencia de buscar soluciones para contrarrestar los efectos negativos de los aranceles en el mercado estadounidense.
Diversos actores empresariales han manifestado su preocupación ante el incremento de costos. José Enrique Molina Casares, presidente de la Canaco-Servytur de Mérida, advirtió que el encarecimiento de los productos podría disminuir las exportaciones y, en consecuencia, afectar los ingresos de las empresas locales.
Además, representantes del sector restaurantero, como Claudia González Góngora de Canirac Yucatán, señalaron que estos aranceles repercutirán en el precio de los insumos básicos, generando un impacto en la economía del sector alimentario y en la competitividad de los productos nacionales.
Para enfrentar estos desafíos, el sector empresarial yucateco está proponiendo estrategias como la diversificación de mercados de exportación, la búsqueda de nuevos nichos internacionales y el fomento del consumo local.
Se plantea trabajar de la mano con el Gobierno para implementar incentivos fiscales, apoyos financieros y programas de capacitación que fortalezcan los procesos productivos. Con estas medidas, se espera mitigar los efectos adversos de los aranceles y mantener la competitividad de los productos mexicanos en el exigente mercado estadounidense.