Huimanguillo proyecta una megacárcel: nace una “ciudad correccional” en Chontalpa
El gobierno de Tabasco planea ampliar el penal de Huimanguillo sobre 75 hectáreas para crear un sistema penitenciario moderno —incluye un penal exclusivo para mujeres— y descongestionar centros sobrepoblados como el CRESET.

#Tabasco
31 de octubre de 2025
El gobernador Javier May Rodríguez presentó el proyecto para convertir a Huimanguillo en la sede de un complejo penitenciario de gran escala que se construirá en 75 hectáreas donadas por la federación. La iniciativa, que parte de la expansión del recientemente inaugurado penal de Villa Estación Chontalpa, contempla la creación de cuatro fracciones iguales —cada una con capacidad para 720 personas privadas de la libertad—, lo que daría al conjunto una capacidad total aproximada de 2,880 internos.
La propuesta busca transformar la infraestructura carcelaria estatal en un sistema penitenciario más moderno y eficiente. El diseño prevé celdas, áreas administrativas, torreones y sistemas de vigilancia distribuidos en las cuatro fracciones, así como protocolos operativos robustos: durante la rehabilitación del Cereso número 9 se implementaron y verificaron 44 protocolos de seguridad antes de su puesta en marcha.
Una de las piezas centrales del proyecto es la construcción del primer penal exclusivamente para mujeres en Tabasco. Hasta ahora los centros estatales operaban con modalidad mixta; con la nueva fracción femenil se pretende atender de forma especializada las necesidades de la población penitenciaria femenina y adecuar espacios y programas de reinserción social.
La reubicación de internos hacia el nuevo Cereso de Huimanguillo ya comenzó de forma gradual desde agosto de 2025, como parte de la estrategia para aliviar el hacinamiento que sufren otras prisiones del estado. Con este movimiento y la proyección de las nuevas fracciones, el gobierno estatal busca, a mediano plazo, cerrar centros ubicados dentro de la mancha urbana, entre ellos el histórico CRESET de Villahermosa, cuya operación y seguridad se han visto limitadas por el crecimiento urbano a su alrededor. El CRESET fue construido entre 1972 y 1974; su ubicación actual y el sobrecup o han motivado la propuesta de traslado y cierre eventual.
La obra también trae una inversión significativa: la rehabilitación y modernización del Cereso número 9 exigió una inyección de recursos estimada entre 250 y 300 millones de pesos, cifra que las autoridades describen como una inversión histórica en 2025 destinada a mejorar la estructura, el equipamiento y las áreas técnicas necesarias para operar con estándares más altos de control y reinserción.
En la exposición del plan el gobernador señaló que se están analizando los pasos necesarios para ampliar el proyecto y que hay coordinación con el gobierno federal para ejecutar las siguientes etapas. La meta es consolidar en Huimanguillo un “sistema penitenciario integral” que permita evitar el hacinamiento, elevar los protocolos de seguridad y ofrecer condiciones más adecuadas para la reinserción social de las personas privadas de la libertad.
Aunque las autoridades destacan las ventajas de concentrar y modernizar la infraestructura, el traslado y la construcción de un complejo de esta magnitud implicarán decisiones técnicas y administrativas de largo plazo, así como coordinación interinstitucional para garantizar que el cierre de centros urbanos como el CRESET se realice de forma ordenada y con alternativas para la población afectada por estos cambios.





