Fraude en el rescate de lagunas en Tabasco: millones desviados y contaminación persistente

En un contexto de promesas incumplidas y corrupción, el fraude en el rescate de lagunas en Tabasco se ha convertido en un escándalo ambiental que afecta a cuerpos de agua como la Laguna de las Ilusiones.

Durante los últimos años, pasados gobiernos permitieron rellenos ilegales y contaminación sin aplicar sanciones, destinando más de 450 millones de pesos a proyectos de saneamiento que nunca cumplieron su cometido. Los recursos se canalizaron a través de empresas fantasma y contratistas con procesos de licitación poco claros, evidenciando un fraudeen el rescate de lagunas que ha dejado a las comunidades sin soluciones reales para combatir el deterioro ambiental.

En 2023, el gobierno de Tabasco anunció un ambicioso plan de saneamiento para la Laguna de las Ilusiones con una inversión de 88 millones de pesos, prometiendo mejoras en la calidad del agua en tan solo seis meses. Sin embargo, estudios recientes de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) confirman que la laguna sigue en estado crítico, reflejando que el fraude y el desvío de recursos han sido la norma.

El agua ennegrecida de la Laguna de las Ilusiones es el reflejo de un problema que va más allá del desastre ambiental. La estrategia de rescate ecológico ha sido utilizada como fachada para desviar recursos públicos, convirtiendo el saneamiento de lagunas en un negocio rentable para ciertos grupos y empresas sin escrúpulos. Los informes de calidad del agua de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Medio Ambiente de Tabasco demuestran que, en muchos casos, los niveles de contaminación han empeorado, con descargas de aguas negras, basura y desechos industriales que siguen afectando a las lagunas urbanas.

Denuncias y Activismo Ciudadano

La comunidad y diversos expertos han alzado la voz contra el fraude en el rescate de lagunas. El Comité para el Rescate de la Laguna de las Ilusiones, conformado por más de 250 ciudadanos y especialistas, ha documentado descargas ilegales de aguas negras y prácticas que han agravado la crisis ambiental. Activistas como Arístides Barrera Prats han denunciado públicamente rellenos ilegales, descargas sin tratamiento y ecocidios, cuestionando la inacción tanto de autoridades municipales como estatales.

A pesar de las múltiples denuncias y pruebas de corrupción, la Procuraduría Ambiental de Tabasco no ha impuesto sanciones. Este patrón de impunidad recuerda el fracaso del Plan Hídrico Integral de Tabasco (PHIT) de 2010, otro ejemplo de fraude y de recursos desviados en proyectos de infraestructura ambiental.

La gran pregunta persiste: ¿dónde quedó el dinero destinado al rescate de lagunas? Los recursos asignados para el saneamiento han desaparecido en contratos mal gestionados y en empresas que no cumplieron sus promesas. La falta de transparencia en los procesos de licitación y la reiterada contratación de empresas con antecedentes cuestionables han permitido que la corrupción se instale en proyectos que, en teoría, buscaban mejorar la calidad de vida de los habitantes y salvar los ecosistemas acuáticos.

El fraude en el rescate de lagunas en Tabasco es una muestra clara de cómo la corrupción y la mala administración de recursos han convertido un problema ambiental en una oportunidad para desviar fondos. Con proyectos de saneamientoque no cumplen con sus objetivos y empresas contratadas sin criterios transparentes, la contaminación en las lagunas sigue sin control, afectando la salud y el bienestar de la comunidad.

Mientras las autoridades no tomen medidas contundentes y se implemente una fiscalización efectiva, el futuro de las lagunas en Tabasco parece condenado a seguir siendo un ejemplo de fraude y de negocios disfrazados de rescate ecológico. La ciudadanía, los activistas y los expertos coinciden en la urgencia de una intervención real que recupere el control de los recursos públicos y garantice la restauración de estos valiosos ecosistemas.