Crisis en Tabasco: más de 90,000 niños trabajan en condiciones de riesgo
En el marco del Día Mundial Contra la Explotación Infantil, los datos del INEGI evidencian cómo la pobreza y la falta de oportunidades empujan a miles de menores a buscar el sustento familiar.

#Tabasco
13 de junio de 2025
En Tabasco habitan 601,656 personas de entre 5 y 17 años, según el INEGI, y de ellas alrededor de 90 ,850 dedican parte de su tiempo a alguna actividad económica para ayudar en casa. Esta realidad no es un fenómeno aislado: el 15.1% de la niñez tabasqueña trabaja, muchas veces sin recibir un salario justo ni protección legal, con la justificación de que “no alcanza el dinero en la casa”.
Peor aún, 40,300 de estos menores (un 6.7% del total) realizan labores catalogadas como “no permitidas” por su riesgo para la integridad física. Desde cargar bultos pesados hasta vender en la vía pública, estos niños quedan expuestos a accidentes, agresiones y jornadas exhaustivas que afectan su desarrollo físico y emocional.
La psicóloga Nayeli de Jesús Velázquez advierte que esta forma de explotación representa una flagrante violación a los derechos de la niñez, privándolos de educación, juego y un desarrollo pleno. Explica que la carencia de ingresos estables orilla a las familias a sacrificar la infancia de sus hijos para garantizar su alimentación diaria, generando un ciclo de pobreza y vulnerabilidad.
En muchos casos —señala Alejandra Arias, de la asociación civil Aldea por los Niños— los progenitores utilizan a los menores como “herramientas” para costear adicciones o deudas: desde la venta de chicles y verduras en el centro de Villahermosa, hasta la fabricación y comercialización de productos caseros en zonas periféricas. Historias como la de Luis, de 10 años, quien recorre restaurantes y fondas con bolsitas de chile habanero para “no recibir cinturazos” si regresa sin dinero, se repiten a diario.
La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes obliga a autoridades federales y estatales a prevenir, atender y sancionar cualquier forma de explotación infantil, incluyendo el trabajo que atente contra la salud, educación o desarrollo de los menores. Sin embargo, la brecha entre legislaciones y su aplicación efectiva mantiene a miles de niños y adolescentes atrapados en una realidad que vulnera sus derechos fundamentales.