El círculo vicioso de embarazos en adolescentes tabasqueñas
Entre la violencia estructural y la falta de apoyo institucional, las niñas y adolescentes de Tabasco enfrentan múltiples embarazos sin recibir la protección y educación que merecen.

#Tabasco
4 de abril de 2025
En Tabasco se vive una realidad alarmante: cada vez más niñas y adolescentes se ven inmersas en un ciclo de embarazos que se repite sin que ninguna institución logre romperlo. La Unidad Médica Familiar 39 del IMSS en Villahermosa ha documentado que de 138 adolescentes embarazadas, el 37 por ciento cursa un segundo embarazo y el 4.3 por ciento un tercer caso. Esto implica que, de cada 25 menores, al menos una ya espera su tercer hijo, habiendo tenido el primero entre los 12 y 14 años, sin contar con el seguimiento institucional que podría prevenir esta situación.
El problema se agrava por la ausencia de consejería anticonceptiva desde la primera consulta y la falta de programas de planificación familiar dirigidos a menores. En muchas ocasiones, después del parto, no se realiza ningún seguimiento que evite la repetición de embarazos, lo que perpetúa un ciclo de vulnerabilidad y violencia estructural. La Ruta NAME, que en teoría promete una atención integral, ni siquiera figura en los expedientes clínicos de muchas jóvenes, mientras que la NOM-046, la norma que garantiza el derecho a la interrupción legal del embarazo en casos de violación, se ignora sistemáticamente en Tabasco.
El contexto se enmarca en una educación sexual deficiente, donde los talleres esporádicos se ven opacados por un enfoque moralista que evita abordar temas esenciales como la anticoncepción, el consentimiento y el placer. Una encuesta del Coneval en Cárdenas reveló que el 26.7 por ciento de los adolescentes no usó ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual, en algunos casos iniciada entre los 8 y 11 años. Esta falta de educación integral no solo refleja una ausencia de prevención, sino también la existencia de violencia sistemática que deja a las niñas sin las herramientas para protegerse.
Además, las cifras de la Secretaría de Educación de Tabasco (SETAB) muestran un preocupante incremento en los casos de embarazo en el ámbito escolar: entre 2019 y 2024 se han registrado 784 casos en secundaria y nivel medio superior, y solo en los primeros once meses de 2024 se inscribieron 209 adolescentes embarazadas. La falta de guarderías escolares, becas específicas y protocolos efectivos de reincorporación obligan a muchas jóvenes a abandonar sus estudios, sumiendo a la población en un círculo de abandono y discriminación.
Historias como la de Rebeca, quien se convirtió en madre a los 15 y regresó a clases con su hija en brazos, son el reflejo de la soledad y la lucha diaria de estas adolescentes, que deben enfrentar un sistema que les ofrece poco más que silencio. La NOM-046, vigente desde 2005 y que debería garantizar el acceso a un aborto seguro en casos de violación, sigue siendo desconocida y poco aplicada, a pesar de que datos oficiales indican que Tabasco no reportó casos de su uso entre 2019 y 2023, dejando en evidencia la falta de capacitación y la omisión en la atención médica.
Este escenario demanda una respuesta integral que involucre a las instituciones de salud, educación y protección social para romper el ciclo de violencia, negligencia y abandono que afecta a las niñas y adolescentes de Tabasco. La urgencia de brindar una educación sexual con enfoque de derechos, un seguimiento adecuado después del parto y la implementación efectiva de normas como la NOM-046 es fundamental para proteger a una población que, desde muy temprana edad, enfrenta el reto de la maternidad en condiciones de vulnerabilidad.