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El sargazo como recurso: Quintana Roo avanza en gestión y valorización

De alga problemática a oportunidad económica: monitoreo satelital, barreras marinas y proyectos de biogás marcan la respuesta estatal.

#QuintanaRoo

4 de noviembre de 2025

El sargazo —alga marina que cumple funciones clave en los ecosistemas marinos— volvió a colocarse en el centro de la agenda ambiental y turística de Quintana Roo. Según el secretario de Ecología y Medio Ambiente, Óscar Rébora, el fenómeno sigue siendo un reto por su crecimiento vinculado al calentamiento global y a cambios en las corrientes, pero las estrategias implementadas apuntan a controlarlo y, al mismo tiempo, a extraerle valor económico.


Rébora recordó que el sargazo aporta beneficios ambientales: ayuda a regular temperaturas oceánicas, contribuye a la alcalinización del agua y sirve de refugio para más de cien especies marinas. No obstante, la expansión de la macroalga en el Atlántico —estimada en alrededor de 50 a 60 millones de toneladas— ha provocado recales que afectan desde las Antillas hasta el Caribe mexicano, con impactos visibles en las playas y la economía local.


El costo económico puede ser relevante en temporadas extremas: estudios citados por autoridades apuntan que, en temporadas como la de 2018, el fenómeno llegó a representar hasta el 11.6% del PIB estatal en variables relacionadas con el turismo y servicios, una cifra que equivale a cerca de 2,000 millones de dólares en impactos acumulados durante episodios severos. Por ello, la atención al sargazo combina medidas ambientales y económicas.


La respuesta de Quintana Roo se centra en una estrategia integral: monitoreo satelital constante, instalación de barreras sargazeras en alta mar con apoyo de la Marina, y un centro de seguimiento pionero en la región. Además, se realizan pruebas para convertir la biomasa en insumos útiles; entre los avances mencionados están proyectos que integran sargazo con residuos de plantas de tratamiento para producir biogás, con resultados validados por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR).


La coordinación entre órdenes de gobierno —estatal, municipal y federal— ha sido clave para sistematizar la respuesta desde la crisis de 2018. Las acciones combinan la recolección y manejo inmediato de los recales con iniciativas de procesamiento que buscan transformar el sargazo en un activo productivo que genere empleo local y reduzca costos de manejo en el mediano plazo.


En materia turística, las autoridades reportan que en 2025 no se registró una caída notable en la afluencia, en parte porque los destinos han diversificado su oferta (cenotes, selva, patrimonio cultural) y porque la semaforización diaria permite informar a visitantes y operadores sobre las zonas libres de sargazo. Aun así, se mantiene vigilancia en puntos con recales puntuales, como Mahahual, Playa del Carmen, Tulum y Puerto Morelos.


Quintana Roo plantea, entonces, una doble vía: mitigar los efectos inmediatos del sargazo en litoral y actividades económicas, y desarrollar cadenas de valor que aprovechen la biomasa (biogás y otros productos) con respaldo científico y criterios de sostenibilidad. La meta que subraya Rébora es combinar protección ambiental, salvaguarda del turismo y la creación de oportunidades económicas vinculadas a una gestión basada en ciencia y colaboración ciudadana.

© 2025 Voces del Sureste. Babel Digital

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