Óscar Rébora contra delfinarios en Quintana Roo

El caso que encendió las alarmas

La muerte del delfín Plata en el delfinario del Hotel Barceló Riviera Maya, operado por Dolphinaris, ha reavivado el debate sobre el maltrato animal en cautiverio. Según la ONG Delfines Libres, en Quintana Roo se han registrado al menos diez decesos de cetáceos desde 2019, incluyendo a Alex, Mincho y Kala, ninguno oficialmente reconocido por las empresas.

Elizabeth Torres Jiménez, coordinadora de la organización, acusa al gobierno estatal de priorizar ganancias sobre el bienestar animal, al cobrar un impuesto de 50 pesos por turista en espectáculos acuáticos, que genera más de 107 millones de pesos anuales.

Quintana Roo: epicentro de una industria polémica

El estado alberga 18 de los 33 delfinarios de México, con 2.1 millones de visitantes al año. Programas como Dolphin Experience, que cuestan 120 dólares por persona, son criticados por activistas: “Estos shows son lucrativos, pero esconden sufrimiento”, denuncia Torres. En el Hotel Barceló, uno de los centros más pequeños, los delfines viven en estanques de 20 metros de largo y 3 de profundidad, espacios que, según expertos, causan estrés psicológico en animales acostumbrados a nadar miles de kilómetros en libertad.

Óscar Rébora: su trayecto hacia la prohibición de delfinarios

Desde su nombramiento como Secretario de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo en octubre de 2022, Óscar Rébora se ha consolidado como un actor clave en la lucha por prohibir los delfinarios. Con una trayectoria enfocada en políticas ambientales, Rébora ha denunciado públicamente las condiciones “inhumanas” de los cetáceos en cautiverio: “Estos sitios son cárceles disfrazadas de diversión. Los delfines sienten dolor y angustia, pero su silencio los condena. Nosotros debemos ser su voz”, declaró recientemente ante el Congreso local.

Óscar Rébora no solo busca sanciones, sino un cambio estructural. Ha impulsado marcos legales más estrictos, colaborando con organizaciones civiles y científicos para promover alternativas turísticas éticas. “La prohibición no es solo una demanda moral; es urgente alinear a Quintana Roo con la justicia ambiental global”, insistió, refiriéndose a compromisos internacionales de México en conservación marina.

Acciones concretas y resistencia empresarial

Bajo su gestión, se presentó una denuncia formal para investigar muertes de delfines y se convocó al Consejo Consultivo Ciudadano para la Atención y Bienestar Animal, con miras a reformas que prohíban la reproducción en cautiverio. Además, junto a la Profepa y Semarnat, exige auditorías rigurosas a los delfinarios. Sin embargo, enfrenta resistencia de empresarios que defienden esta industria, la cual genera empleos y divisas.

Hacia una prohibición histórica

Aunque en 2022 el Congreso federal rechazó una iniciativa para cerrar delfinarios, Rébora insiste en que Quintana Roo debe ser pionero. “Es un paso urgente. Cada día que pasa, más especies sufren”, advirtió. Su lucha no es solitaria: se alinea con movimientos globales que exigen libertad para especies marinas, reforzando que el turismo ético es viable y necesario.