Nuevo impuesto al nado con delfines en Quintana Roo: ¿paliativo o perpetuación del cautiverio?
Diputados aprueban 50 pesos por persona para nadar con delfines, pero expertos y activistas claman por la prohibición de delfinarios y un enfoque real de bienestar animal.

#QuintanaRoo
7 de mayo de 2025
El Congreso de Quintana Roo aprobó recientemente un impuesto de 50 pesos a quienes disfruten del nado con delfines y otros mamíferos marinos en cautiverio en Cancún y la Riviera Maya. Aunque una parte de esos recursos se destinará al recién creado “Fondo para la Protección de Especies Marinas”, críticos señalan que gravar el nado con delfines no deja de ser un parche que sostiene la captividad en lugar de erradicarla.
¿Qué es el ISEPAAA y por qué se cobra? El ISEPAAA es un impuesto de $50 MXN por persona, aplicado a quienes realicen actividades con Mamíferos Marinos como parte de un programa recreativo o turístico.
La medida demuestra una desconexión con la verdadera urgencia de preservar el bienestar animal: no se necesitan más impuestos para mantener delfinarios, sino leyes que prohíban de manera definitiva la captura y exhibición de estos animales en cautiverio. El nado con delfines, lejos de ser educativo, convierte a los delfines en atractivos turísticos que viven confinados en tanques artificiales, sufren estrés crónico, enfermedades y mueren prematuramente.
Para garantizar la auténtica protección de los mamíferos marinos, especialistas y activistas proponen:
Rehabilitación integral de los individuos confinados, con protocolos veterinarios y psicológicos.
Reinserción gradual a santuarios o, cuando sea posible, a su hábitat natural.
Prohibición de nuevas capturas y reproducción de delfines para entretenimiento en delfinarios.
Óscar Rébora, secretario de SEMA en Quintana Roo, impulsa el cierre progresivo de estos espectáculos y la creación de santuarios marinos. Según Rébora, el enfoque debe ir más allá de clausurar delfinarios: es esencial fomentar programas de rehabilitación y capacitar al personal especializado, así como concientizar al turismo para que la actividad en la región evolucione hacia un modelo de conservación marina y respeto al bienestar animal.
La confluencia de esfuerzos institucionales y de la sociedad civil simboliza un cambio de paradigma en el manejo de la fauna marina. De aprobarse la prohibición definitiva de delfinarios en Quintana Roo, se abriría la puerta a un futuro donde la protección del medio ambiente y la vida silvestre sean prioridades, marcando un antes y un después en el turismo y la conservación en México.