Gasoducto Mayakán y la búsqueda de energía confiable en el sur-sureste: mensaje del Secretario de Ecología y Medio Ambiente

Óscar Rébora, titular de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo, destacó en redes sociales la importancia de garantizar un suministro de energía estable y limpio para el sur-sureste del país. Según el funcionario, la región enfrenta un déficit estructural de electricidad y una dependencia de líneas antiguas y saturadas que llegan desde Campeche y Tabasco, situación que —afirmó— provoca cortes de energía y acentúa la desigualdad en el acceso al servicio.

En su intervención, Rébora presentó al Gasoducto Mayakán como una alternativa para fortalecer la seguridad energética del sur-sureste con un menor impacto ambiental relativo. Señaló que el proyecto permitiría reducir las emisiones hasta en un 40% en comparación con el uso de combustóleo, al tiempo que facilitaría la generación de electricidad más estable y accesible para comunidades y actividades productivas de la zona.

El secretario enfatizó que el objetivo final debe ser una transición hacia fuentes renovables y no un retroceso en la protección ambiental. Por ello, abogó porque el debate público sobre proyectos de infraestructura energética se base en la evidencia técnica y las necesidades reales de la población, en lugar de en reacciones basadas en el miedo.

Rébora también recordó que el proyecto contempla mecanismos de participación y salvaguardas: consultas comunitarias, monitoreo ambiental continuo, medidas de protección del patrimonio arqueológico y la ejecución de más de 250 obras sociales. Añadió que, en el proceso informativo y consultivo, participaron más de 14 mil personas en 217 asambleas, un dato que presentó como indicador del alcance y la consulta ciudadana alrededor del plan.

Para el secretario, el desarrollo humano y la conservación ambiental no son metas contradictorias sino complementarias. En su visión, el verdadero compromiso con el medio ambiente se evalúa por los resultados que generan un desarrollo sostenible y por la capacidad de integrar acciones sociales y ambientales que beneficien a largo plazo a las comunidades.

La postura del funcionario marca una defensa técnica y social del Gasoducto Mayakán como pieza de la infraestructura energética regional, al tiempo que coloca en el centro la necesidad de medir impactos, garantizar vigilancia ambiental y asegurar la participación de la ciudadanía en decisiones que afectan a su entorno.