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Entra en vigor la ley que prohíbe espectáculos con mamíferos marinos en México

La reforma a la Ley General de Vida Silvestre pone fin al uso de delfines, orcas y lobos marinos en espectáculos públicos; Quintana Roo, epicentro de los delfinarios, enfrentará una transformación necesaria.

#QuintanaRoo

17 de julio de 2025

Este 17 de julio de 2025 marca un antes y un después en la relación de México con la fauna marina: entra en vigor la reforma a la Ley General de Vida Silvestre, publicada un día antes en el Diario Oficial de la Federación, que prohíbe el uso de mamíferos marinos —como delfines, orcas y lobos marinos— en espectáculos, entrenamientos y exhibiciones con fines comerciales.


Aunque la medida no contempla el cierre inmediato de delfinarios, sí establece restricciones severas: se prohíbe la reproducción con fines lucrativos y la incorporación de nuevos ejemplares, permitiendo únicamente actividades científicas, educativas o de conservación debidamente justificadas.

El estado de Quintana Roo, hogar de los principales parques acuáticos y delfinarios del país, será uno de los más impactados. Estos centros deberán adaptarse a una nueva era, donde el contacto lúdico con mamíferos marinos ya no tendrá cabida legal.


Óscar Rébora, secretario de la SEMA, reconoció que este proceso no comenzó con la reforma, sino desde meses atrás, anticipando la dirección que tomaría la legislación ambiental.


Según el funcionario, el gobierno estatal ya había empezado a construir una ruta jurídica y técnica para adaptar el modelo de operación de los delfinarios a las nuevas exigencias legales y sociales. Desde su perspectiva, el cambio es inminente y necesario. “Los delfinarios deben entender que ya no pueden seguir capturando, comprando ni reproduciendo mamíferos marinos. Esa etapa debe quedar atrás”, afirmó.


Aunque aclaró que el cierre de estos centros no será inmediato, sí considera que están encaminados hacia su desaparición. La clave, dijo, está en respetar el bienestar de los animales que ya se encuentran en cautiverio, evitando traslados o separaciones que afecten sus lazos sociales, al tiempo que se prohíbe su reproducción para fines no conservacionistas.


El debate cobró fuerza luego del caso de “Mincho”, un delfín que se volvió viral tras un accidente ocurrido durante un espectáculo en un hotel de la Riviera Maya, donde al ejecutar un salto terminó fuera del estanque, impactando contra el piso. Para Rébora, este caso reavivó la discusión pública sobre la ética de mantener animales marinos en condiciones artificiales, y aceleró la percepción social de que los espectáculos con fauna silvestre deben ser cosa del pasado.


“Cada vez es más claro que los mamíferos marinos no deben vivir en cautiverio”, subrayó Rébora. Su postura, aunque personal, refleja el rumbo institucional que empieza a tomar el estado frente a esta transformación legal y ética.


La reforma al artículo 60 Bis incluye también disposiciones sobre el tipo de instalaciones permitidas: los cetáceos no podrán mantenerse en estanques de concreto, sino en ambientes que simulen condiciones naturales, como corrales marinos abiertos al flujo de agua.


Entre las especies protegidas se encuentran delfines, orcas, lobos marinos, manatíes, vaquitas marinas, así como todos los cetáceos, pinnípedos y sirénidos. Esta protección integral busca detener décadas de explotación bajo el argumento del entretenimiento.


Por su parte, la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (AMHMAR) aclaró que los ejemplares actuales podrán quedarse en sus instalaciones actuales hasta el final de su vida, siempre que se cumpla con los nuevos estándares de bienestar animal. Los centros que no presenten inventarios actualizados, planes de manejo o aval científico podrán perder su autorización de operación.


Además de la protección a mamíferos marinos, la reforma extiende su alcance a otros ámbitos:

  • Se restringe la captura de primates, incluso con fines de subsistencia, salvo programas de conservación.

  • Se regula el comercio de totoaba, especie en peligro crítico, como parte de una estrategia para proteger a la vaquita marina.

  • En casos de emergencia, se permitirán traslados temporales de ejemplares, bajo condiciones estrictas de seguridad.


La senadora Maki Ortiz Domínguez, promotora clave de la reforma, subrayó que la ciencia será el nuevo eje para el trato con especies silvestres. “Se trata de reemplazar el lucro por el conocimiento, y el espectáculo por la conservación”, afirmó.


Este cambio normativo representa un paso histórico en la justicia ambiental y animal en México, pero su implementación efectiva dependerá de la vigilancia ciudadana, la transparencia institucional y el compromiso real con el bienestar de los animales.

© 2025 Voces del Sureste. Babel Digital

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