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Día Mundial Contra el Cautiverio de Delfines: Libertad Vs. Encierro

Cada 4 de julio se conmemora el Día Mundial Contra el Cautiverio de Delfines, una jornada dedicada a denunciar el encierro de estos animales y exigir el cierre de todos los delfinarios.

#QuintanaRoo

4 de julio de 2025

En esta fecha es importante enfatizar la diferencia abismal entre la vida en libertad y la existencia en cautiverio de estos seres vivos. En libertad, los delfines nadan decenas de kilómetros cada día, se sumergen a profundidades de hasta 300–500 m y disfrutan de un océano vasto y limpio. Viven en manadas organizadas, donde cuidan unos de otros. Su inteligencia excepcional les permite colaborar, planear y resolver problemas complejos.


Forman fuertes lazos sociales y familiares: por ejemplo, las crías de delfín nariz de botella permanecen junto a sus madres hasta los 5 años, aprendiendo habilidades culturales (como el uso de esponjas como herramientas) y comunicándose mediante silbidos únicos a modo de “nombre”. En su hábitat natural hay cuevas y rocas donde refugiarse del sol o los depredadores, y cada día es distinto y estimulante para ellos.


En libertad vs. en cautiverio: comparativas clave

  • Desplazamiento: En libertad pueden nadar hasta 60–100 km diarios y bucear cientos de metros. En cautiverio, solo recorren unos pocos metros antes de chocar con la pared del tanque.

  • Espacio y hábitat: En el océano disponen de un espacio prácticamente infinito para moverse. Por el contrario, viven encerrados en piscinas estrechas (p. ej. el delfinario de un hotel mide solo 20 m de largo por 3 m de profundidad). Ahí el agua clorada, la falta de sal y la exposición constante al sol causan cataratas, ceguera y quemaduras en la piel y ojos de los delfines.

  • Esperanza de vida: En su medio natural superan los 40 años, incluso 60–70 en algunas especies. Los nacidos en cautiverio suelen vivir la mitad de ese tiempo (alrededor de 25 años), muchos mueren prematuramente debido a enfermedades propias del encierro. De hecho, se calcula que 20–25% de las muertes en delfinarios obedecen a problemas inducidos por el estrés (neumonías, fallos cardíacos, accidentes internos, etc.)


Cautiverio: sufrimiento y enfermedades

En los delfinarios el contraste es estremecedor. Los animales pasan horas dando vueltas en círculos o simplemente flotando, debido al poco espacio. Son obligados a “trabajar” para comer: sus entrenadores restringen su alimento y les imponen trucos antinaturales (saltos, acrobacias, contactos con el público) mediante estímulos negativos. Este entrenamiento forzado, además de ser psicológico y físicamente agotador, aumenta el riesgo de lesiones (varios delfines han muerto en accidentes durante espectáculos).


La salud de los cautivos se ve afectada en todos los sentidos. El cloro del agua quema sus branquias y ojos; sin la sal natural del mar sufren desequilibrios metabólicos. La falta de estímulos y el confinamiento constante genera estrés extremo: los delfines cautivos suelen exhibir comportamientos neuróticos (autolesiones, agresividad) y para calmarlos incluso se les recetan ansiolíticos o antiácidos.


Como resumen doloroso, Jerónimo Sánchez (director de Animal Heroes) sintetiza: “30 minutos de diversión para los turistas representan toda una vida de explotación para los delfines”. En suma, el encierro en tanques diminutos bajo luces artificiales es una forma de crueldad incompatible con su naturaleza.


Activismo en redes sociales y llamados a la acción

En el Día Mundial contra el cautiverio, organizaciones como Animal Heroes y Empty The Tanks redoblan sus esfuerzos en redes sociales. 


Animal Heroes destacó los recientes avances legales en México: la llamada “Ley Mincho” e hizo tendencia con los hashtags en el No. 11 y 12 respectivamente con #MéxicoSinDelfinarios y #ElFuturoSonSantuarios. La ONG celebró que esta reforma avanzó de manera unánime en el Congreso y reafirmó su compromiso “de seguir trabajando hasta que no exista ningún delfinario en México” 


En Quintana Roo se refuerza el cuidado de mamíferos marinos tras la Ley Mincho

El gobierno de Quintana Roo, a través de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA), encabezada por Óscar Rébora Aguilera, destaca su papel clave en la implementación de las recientes modificaciones a la Ley General de Vida Silvestre. Estas reformas, bautizadas como “Ley Mincho” luego del accidente sufrido por el delfín Mincho durante un espectáculo, buscan garantizar la trazabilidad y el bienestar de todos los mamíferos marinos en cautiverio.


Rébora Aguilera señaló que resulta indispensable conocer el origen de cada ejemplar, su paradero y las condiciones en las que vive. “La trazabilidad no sólo nos dice de dónde viene un animal, sino también cómo y dónde permanece, lo que nos permite vigilar su manejo día a día”, explicó en un video difundido en redes sociales.


Entre los cambios más relevantes, la Ley Mincho establece:

  1. Prohibición de nuevas capturas de delfines, focas y otros mamíferos marinos.

  2. Cese de la reproducción forzada en cautiverio bajo cualquier modalidad.

  3. Estándares mínimos de bienestar, que abarcan calidad del agua, espacio de nado, atención veterinaria y enriquecimiento ambiental.


El objetivo, dijo Rébora, es encontrar un balance entre la conservación de la fauna marina y las prácticas responsables en los parques acuáticos. Para ello, Quintana Roo promoverá un diálogo abierto con zoológicos, especialistas y la sociedad civil, a fin de definir protocolos claros de supervisión y cuidado.


Con estas reformas, el gobierno federal y estatal fortalecen la protección de los delfines y otros mamíferos marinos, al tiempo que impulsan la transparencia y la rendición de cuentas en todas las instalaciones autorizadas.


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